Pensé que, después de todo, las cosas podrían cambiar pero me equivoqué una vez más...será que yo misma me obligué a retornar al punto de partida, a ese punto en el que se tiene que esperar porque no queda más en el puesto desdichado que me ha tocado ocupar en este sad.sad universe hasta ahora.
Sigo esperando una llamada que indique el final pero pobre, pobre moi...esa llamada no va a llegar. Ha pasado un largo tiempo lleno de confusión entre sueños que no se cristalizarían aunque se quieran en verdad porque no es un sueño que está en tus manos; porque has decidido poner expectativas en la persona a la que no mereces...todo este tiempo ha sido en vano. Sigues engañándote con que volverás a la ciudad a encontrarte con su silueta y con una flor de papel que él ha hecho para tí, como aquella vez del café. Aún conservas la flor de papel, aún conservas los recuerdos pero no a él, ¿cómo conservar lo que no fue tuyo?
¿Por qué querer lo que no se puede tener?
¿Por qué intentar cuando hace mucho que todo se fue al carajo?
¿Por qué tener fe en lo imposible?
Sigo esperando una llamada que indique el final pero pobre, pobre moi...esa llamada no va a llegar. Ha pasado un largo tiempo lleno de confusión entre sueños que no se cristalizarían aunque se quieran en verdad porque no es un sueño que está en tus manos; porque has decidido poner expectativas en la persona a la que no mereces...todo este tiempo ha sido en vano. Sigues engañándote con que volverás a la ciudad a encontrarte con su silueta y con una flor de papel que él ha hecho para tí, como aquella vez del café. Aún conservas la flor de papel, aún conservas los recuerdos pero no a él, ¿cómo conservar lo que no fue tuyo?
¿Por qué querer lo que no se puede tener?
¿Por qué intentar cuando hace mucho que todo se fue al carajo?
¿Por qué tener fe en lo imposible?
Los Inviernos De Milán
Nadie parece comprender que he dejado de entender
Cada noche interminable, cada sueño que me acecha
El rechazo cuestionable, cada búsqueda malhecha
De tu boca que repita que yo habría podido ser
Retrospectiva en televisión de la nula despedida
Bajo el nublado cielo emprendiste la partida
Al trasfondo de mi alma sé muy bien que no me amaste
Pero me aferro a creer que aún sonríes al recordarme
Mirando hacia el balcón me sigo cuestionando
Si llegará el día en que esto pase, que alguien diga cuándo
Quiero evitar el día que, aun si lo niego, es inevitable
Cuando tenga que aceptar que enterrarte es lo viable
Hoy soy lo cobarde, soy el polvo, soy la espera
Entre quien lo es todo y quien es nada, encarno a la frontera
Caminar por las calles de Estocolmo
Perderse en Tel-Aviv
Hastiarse de café cerca a Helsinki
Correr en la pradera de Dublín
Todo aquello quizá funcionaría para olvidar esos dolores
De patadas de ex-amigos y los puños de ex-amores
Pero, cuando regrese a los copos de Venecia,
Al expresso del cafetín, a la gazzeta y al violín
La mente no se apiadará más de mí
No más Berlín; no más Francia ni Dublín
Tan sólo las memorias que me evitan de dormir
El lago, la campiña; la calle, el ventanal
Todo eso incluye un trozo de nostalgia incidental
La que también puse en las cartas, los poemas y demás
Que siguen en tu buzón, las que no abrirás mañana,
Las que no leerás después
No querrías traer de vuelta a tu pasado
No lo harías, no otra vez.
Aquí y hoy me pregunto, ¿cuál es el punto de recordar
y seguir sobreviviendo a los inviernos de Milán?
Si cuando regresen no estarás,
Aunque ellos siempre vuelvan, tú nunca volverás.
----
Los Inviernos De Milán by Laura Rosales is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Sin obras derivadas 2.5 México License.
Based on a work at alzheimernotes.blogspot.com.
Nadie parece comprender que he dejado de entender
Cada noche interminable, cada sueño que me acecha
El rechazo cuestionable, cada búsqueda malhecha
De tu boca que repita que yo habría podido ser
Retrospectiva en televisión de la nula despedida
Bajo el nublado cielo emprendiste la partida
Al trasfondo de mi alma sé muy bien que no me amaste
Pero me aferro a creer que aún sonríes al recordarme
Mirando hacia el balcón me sigo cuestionando
Si llegará el día en que esto pase, que alguien diga cuándo
Quiero evitar el día que, aun si lo niego, es inevitable
Cuando tenga que aceptar que enterrarte es lo viable
Hoy soy lo cobarde, soy el polvo, soy la espera
Entre quien lo es todo y quien es nada, encarno a la frontera
Caminar por las calles de Estocolmo
Perderse en Tel-Aviv
Hastiarse de café cerca a Helsinki
Correr en la pradera de Dublín
Todo aquello quizá funcionaría para olvidar esos dolores
De patadas de ex-amigos y los puños de ex-amores
Pero, cuando regrese a los copos de Venecia,
Al expresso del cafetín, a la gazzeta y al violín
La mente no se apiadará más de mí
No más Berlín; no más Francia ni Dublín
Tan sólo las memorias que me evitan de dormir
El lago, la campiña; la calle, el ventanal
Todo eso incluye un trozo de nostalgia incidental
La que también puse en las cartas, los poemas y demás
Que siguen en tu buzón, las que no abrirás mañana,
Las que no leerás después
No querrías traer de vuelta a tu pasado
No lo harías, no otra vez.
Aquí y hoy me pregunto, ¿cuál es el punto de recordar
y seguir sobreviviendo a los inviernos de Milán?
Si cuando regresen no estarás,
Aunque ellos siempre vuelvan, tú nunca volverás.
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