8.10.10

[ dosis de sentimentalismo ]

¿Hace cuánto que no posteo algo como ésto? [Digo, como ésto]

Ufffff, eso fue hace mucho.

Hoy tengo ganas de hablarles sobre algo que consuma las ganas de todo y de nada, todas esas cosas que sólo yo sé y que no puedo plantearle a los demás por la simple razón de no hallar las palabras adecuadas.

shadows

A veces creo ser un producto de la imaginación colectiva porque, cuando comienzan a olvidarse de mí, no me siento como todos los demás; la gran mayoría siente que se empolva, que se añeja y que, al final, se pierde pero yo siento que me desvanezco, simplemente dejo de estar, es como cuando dejas de creer en tu amigo imaginario, el recuerdo se marcha. Tu amigo imaginario es como yo, el producto de la imaginación que necesita sentirse bien consigo misma, con la diferencia de que a mí me han imaginado tantas personas y eso, ¡dios! Eso tiene su propia escala depresiva porque toda esa gente que te imagina te hace más real mientras te piensa y, cuando deja de hacerlo, te mata, en serio que te mata.

imagination

Me he enamorado [racionalmente] sólo una vez, me enamoré con tal frenesí que rayaba en lo ridículo, en lo impensable; me enamoré de alguien que no se enamoraría de mí ni aunque yo fuera el último humano en 13,500 millones de años luz a la redonda y lo único que queda es lo bueno, lo simple y lo reutilizable.

sadness

A veces pienso que no me enamoraré de nuevo nunca. Peor aún, también pienso que nadie podría enamorarse de mí. En resumen, si es cierta aquella idea romántica de antaño que establece que tú no encuentras el amor sino que el amor te encuentra a tí, he llegado a sospechar que de plano estoy en un lugar fuera de su ruta.

night sky

Me fascina el universo, el cielo nocturno es una ventana al pasado. Literalmente.

En verdad me gustaría saber si alguien más siente, en cierta medida, algo de todo lo que dije.
Me gustaría saber si tengo sentido.
Creo que no.

6 comentarios:

Chucky dijo...

El sentido de nuestra propia vida se lo da uno mismo, al final de cuentas vivimos en un mundo lleno de incomprendidos. ... tal vez por falta de dialogo.

Rita Kirwan dijo...

Cuántas cosas podrían cambiar las palabras, ¿cierto? Y más aún, las palabras para uno mismo. Gracias (:

Anónimo dijo...

En este plano de la existencia en donde he sido obligado a existir donde todo lo imaginario se vuelve realidad, todo lleva una secuencia y cuando tienes una chispa de locura te lleva a cometer errores de de una magnitud enorme.

Tu serias una persona diferente a la que gente se sentiría inferior y te evitarían por ser eso un producto de la imaginación colectiva...

Solo recuerda el amor es lo que hace al mundo mover. Ya sea el amor al dinero, amor al poder o el amor que uno guarda por cada persona que conoció y son parte de su pasado

Rita Kirwan dijo...

Te lees familiar lector anónimo, algo en tus palabras se siente conocido. En fin, sólo espero que este plano existencial nos traiga las respuestas y los giros que nos lleven en la dirección correcta.

Anónimo dijo...

Mmm la verdad es que si y como hable con alguien que te es familiar... Le mentí y le mentí por el simple hecho que ahora mi realidad se esta volviendo mas absurda por cada palabra qu escribo, en cada palabra que escribo se esta desvaneciendo la persona que tanto ustedes tres han conocido... Estas palabras están siendo las ultimas que pueden hacer algún daño... Y bueno como se que ella y tu estab leyendo esto solo pondré que la pantalla al mundo real se estrello y la realidad se esta distoricionando cada segundo que pasa, sabiendo esto no dejen que nada las limite su único limite son ustEdes... Y yo nos tan inombrable como creen... Y bueno eso es todo y solo te agradezco por todo lo que me diste y a ti tmb fiel lectora... Y te diré algo que no acostumbro decir hasta nunca y no te sobresaltes por ste comentario.... Creo que es tan insignificante como una partícula de polvo en el aire que no te hace daño... Y nunca lo hará adiós

Rita Kirwan dijo...

Sólo diré, "Anónimo", que leas esto, por favor.

http://alzheimernotes.blogspot.com/2010/10/el-fondo-de-tu-oceano.html