7.12.10

[ amor no concretado ]

Hace tiempo les hablé de una extraordinaria película del neoyorkino por excelencia, Woody Allen. Bien, el personaje de Juan Antonio [interpretado por Javier Bardem] dice una línea trascendental que inspiró este post y me ha llevado a muchas conclusiones desde el momento en el que vi esa cinta.


Sólo el amor no concretado puede ser romántico.

Y yo sé de eso, sí que sí. Le di varias vueltas a esta línea y me di cuenta de que tiene mucha razón, les explicaré por qué.

Imaginemos que la vida tiene un curso muy similar al de una película, cada uno de los personajes que participan en ella tienen su propio trasfondo, tienen un principio y un final...lo que ocurre con el amor no concretado es que ese final nunca llega, ¿saben? Al menos así me pasó alguna vez [escribí mucho sobre eso en los inicios de este blog] y, si lo vemos desde la perspectiva idealista de Shakespeare, por ejemplo, es muy romántico porque el final de esa relación pudo ser terrible, lleno de discusiones y malentendidos! Ya pasaron varios años de eso y me doy cuenta de que pudo tener un final trágico, incluso.

"¿Dónde está el romance verdadero si me estás hablando de posibles tragedias y desilusiones en un final que ni siquiera pasó?", se preguntarán, el romance reside en eso precisamente, en el hecho de que no existe un desenlace y de que yo puedo crearle tantos como quiera, tan inverosímiles y asquerosamente perfectos como me plazca, puedo inspirarme en esa historia de versatilidad inagotable por el resto de mi vida y escribir poemas, cuentos, novelas, guiones, posts, frases, divagues, canciones y miles de cosas más gracias a ese relato que puedo completar en mi imaginación una y otra vez; puedo alimentar mi sentimentalismo con el recuerdo de esa persona y mantenerla viva en mi mente para siempre.

Eso, my dears, es lo valioso. Aunque, claro, espero que eso del amor no concretado no les pase muy a menudo. No les pase. Nunca. L@s amo (:

No hay comentarios: